
En esta época en la que nos tocó vivir, tan llena de comodidades, de tecnología y de un “úselo y tírelo, para que pueda comprar algo mejor”. Nos están educando para endeudarnos (ya muy pocos son los que ahorran) para poder comprar, una casa, un automóvil, un celular, una bolsa, un vestido, etc., y con ello se nos asegura que podemos ser felices. Resulta que todo lo que tenemos hoy, no es suficiente para llenar ese vacío que queda, después de regresar del centro comercial, lleno de cosas, endeudados y con un vacío cada vez más hondo, que nos hace salir a comprar y lo subsecuentemente, nuevamente mañana.
Invertimos en muchas cosas que no nos son útiles, que de vez en vez, a alguien se le ocurre que lo mejor es invertir en uno mismo, hartos de que lo material nos haya decepcionado tanto, se nos ocurre que lo mejor es consumir experiencias, personas e ideas y esa horterada que algunos llaman autocuidado se ha convertido en una vulgar estrategia de supervivencia inverosímil.
¿Qué nos está faltando para no ser tan precarios? Cuidar el espíritu. Cuidar el espíritu es cuidar la palabra y la memoria, que vienen a ser lo mismo. Pero sin espacios de quietud, de silencio o de lectura estaremos condenados a la gran desesperación. Decíamos que nos endeudamos en tantas cosas que nos dejan vacíos; pero quien se endeuda con un buen libro, esos que por el precio se piensa: O el editor está loco, o el fruto de lo investigado vale la pena. Casi nadie invierte en su espíritu, y no hablo de ir a una ceremonia religiosa, porque muchos creen que así se alimenta el espíritu, lo real es que la mayoría acude al templo, para cumplir con el precepto, no para alimentar o dar paz a su espíritu. El espíritu bien cuidado es palabra que impulsa, es verbo en acción, es regocijo del alma, es cambio constante, es apertura y no condena, es encuentro o no creador de conflictos. El hombre que cuida de su espíritu, lo alimenta de lectura que después se volverá palabra-semilla, que está seguro algún día dará su fruto. Por eso, para no ser tan precarios… lee
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